Dar a luz

El proceso de dar a luz es el milagro más hermoso por el que recibimos el mágico e inigualable regalo de tener un hijo o una hija. Dicho esto, muchas mujeres se sienten, ante tamaño momento, un poco nerviosas, ansiosas y hasta preocupadas por el hecho en sí y se plantean lo que puede suceder con sus cuerpos y sus bebés. Para empeorar las cosas, inevitablemente, cada mujer ha escuchado al menos una historia de terror sobre algo que le pasó a alguien que conocen, cuando dio a luz. El miedo se potencia con la realidad.

El suyo no tiene porqué ser el caso. Dar a luz será una gran experiencia que atesorará por siempre, en caso de que se prepare de la manera apropiada.

Lo primero que debe hacer es diseñar un plan de parto mucho antes de llegar al trabajo de parto. Un plan de nacimiento es un proyecto que anticipa cómo quiere usted que sea ese momento, qué es lo que quiere en su sala de parto y el tipo de experiencia que le gustaría tener. La mejor manera de preverlo es sentarse y escribir sus deseos.

Redacte dos planes: uno para un parto sin complicaciones y una para el caso en que surgiere un problema. Qué le gustaría hacer y cómo querría que se manejaran ciertos temas.

Usted debe decidir dónde le gustaría dar a luz. ¿Quiere un hospital tradicional? ¿Quiere un parto en casa con una partera? ¿Le gustaría probar la hipnosis o tal vez un parto en el agua? Todas estas cuestiones deben ser claramente definidas. También debe decidir quién le gustaría a usted que presenciara el momento de parir y si desea que el caso quedara documentado en un video.

Otros factores a considerar son si usted desea tener un parto natural. Si prefiere un parto sin dolor, con Peridural (o Epidural) u otra medicación inhibitoria. Cuanto más detallada sea la descripción y más preparada esté para lo que llega, las cosas se pondrán más fáciles al momento de dar a luz.

El proceso puede tomar horas y ser completamente agotador. Hay muchos factores emergentes que puede que no haya siquiera considerado, por los cuales se tengan que ajustar los planes originales.

Recuerde que es perfectamente aceptable desviarse de sus previsiones y siempre tendrá prioridad aquello que es mejor para la salud de su bebé y de la suya propia. Si planea un parto vaginal, pero termina necesitando una cesárea de emergencia, usted no debe sentirse decepcionada o responsable.

Una vez que tenga esa preciosa vida entre sus brazos, la alegría será tan inmensa que no importará en lo más mínimo cómo él o ella llegó a usted.

No existe un cambio tan importante en su vida y lo sentirá tan intensamente que nada podrá distraerla de ese momento. Es un acontecimiento asombroso que solo podrá volver a vivir con la llegada de otro hijo. Entonces trate de centrarse en el momento que está transcurriendo, sin importar el tipo de alumbramiento y disfrutando hasta el último segundo de ¡traer a su hijo al mundo!