Cuidado de los dientes de los niños

El cuidado dental de los niños parece ser insignificante dado que muchos padres consideran el tamaño y cantidad de las unidades dentales de los niños pequeños. Contrario a esta creencia, se hace evidente que, la goma de un bebé necesita estar siempre limpia y desinfectada, incluso antes de que el primer diente salga. Los padres deben tener el hábito de limpiar las encías del niño frotando suavemente con el dedo índice envuelto en una gasa húmeda o un paño suave.

Básicamente, las bacterias no dañan las encías sin dientes en ella, pero la idea general es conseguir que el niño, desde muy pequeño, comience a considerar la higiene bucal como parte de la rutina diaria para facilitar el cepillado de dientes, llegado el momento. Después de todo, uno nunca puede predecir con exactitud cuándo saldrá un diente.

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La mejor manera para que el niño cepille sus dientes
Utilice sólo una escasa cantidad de pasta dental con fluoruro sobre un pequeño y suave cepillo de dientes, añadiendo un poco más cuando va creciendo. Para ser ilustrativos, una capa delgada de crema dental con flúor se adaptará a un niño de dos años. Podrá ser aumentada hasta el tamaño de un guisante, cuando llega a los tres años.

Los niños mayores de cinco años pueden usar una cantidad igual al tamaño de un grano de arroz. El tema del exceso de la pasta dental ha generado varias demandas conocidas, por sus efectos secundarios. Por ejemplo, por aumentar la absorción de plomo, interrumpir la síntesis de colágeno, provocar hiperactividad y muchos más. Más allá de las explicaciones científicas, lo mejor es evitar el uso excesivo. Tenga en claro que la limpieza se da a través del cepillado minucioso y no está centrada en el dentífrico.

El cepillado dental se recomienda dos veces al día. Una vez por la mañana cuando el niño se despierta y otra por la noche después de la cena. Las bacterias que pueden causar mal aliento pueden ser desalojadas cuando se cepillan las superficies internas y externas de los dientes por igual. Del mismo modo, se cepilla la lengua y el paladar. Ayúdele a enjuagarse bien con agua después del cepillado. El enjuague puede ser dominado por el niño más adelante y usted le podrá enseñar a hacerse gárgaras. La mayoría de los dentistas recomiendan hilo dental después del cepillado no solo por las partículas de alimentos que puedan haber quedado, sino por el fluoruro que se ha dispuesto entre los dientes, especialmente en los casos en que estén estrechamente en contacto entre sí.

La mayoría de los niños se resiste a la idea de lavarse los dientes, más todavía cuando están involucrados en actividades interesantes como ver su programa favorito de televisión o una película. Este inconveniente se puede resolver mediante el uso de cepillos de dientes con personajes, burbujas, luces, colores y todo tipo de inventos para crear interés en esta rutina diaria. Cualquiera que usted emplee sirve, si es el boleto que compra un buen cepillado de dientes. Nunca olvide observar la calidad del cepillo. Tamaño pequeño y cerdas suaves que penetren en los intersticios. Asegúrese de reemplazarlo regularmente por razones sanitarias, sobre todo cuando las cerdas comienzan a desgastarse (para no dañar las encías) o cuando se ponen levemente amarillentas.

Deje que su hijo haga el cepillado de dientes por su cuenta, tan pronto como él quiera y pueda, pero tenga en cuenta la probabilidad de que no podrá hacer un buen trabajo hasta los siete años aproximadamente. Por tanto, es importante que los padres controlen resultados y observen si han aparecido manchas o cualquier irregularidad. El control dental, por el profesional, debe ser anual.

Susanna Garcia

Susanna Garcia

Madre de tres hijos: dos niños y una niña, Susanna conoce los altibajos y los desafíos de ser madre. N.B.: Escribo como madre. De ninguna manera este contenido es un consejo médico ni reemplaza el consejo de un experto de ninguna persona en la profesión médica o afines.