La vida de los “padres prematuros”

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Cuando un bebé nace prematuro, de repente el mundo pasa a girar al revés. Usted imaginó una y mil veces el momento de llevar a su bebé a casa y sostenerlo junto a usted, pero no pensó en todos esos cables que lo rodean.

La vida con un bebé prematuro no es simple. Es difícil para el cuerpo y para la mente. De repente usted se encuentra agotada, asustada, deprimida y no puede escuchar cómo las madres se quejan por el horario de sueño de su recién nacido. Si usted pudiera llevar a casa a su bebé … nunca se quejaría.

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¿Por qué le pasa esto a usted?

Es fácil hacerse preguntas acerca de lo que podría haber hecho de manera diferente, pero es importante recordar que a veces la vida solo pasa y se acepta. No es su culpa. Lo más importante de todo es que pueden y van a salir de esto, tanto usted como su bebé. Todo lo que necesita hacer es tener un poco de fe y contar con la colaboración de nuestros consejos, para un período de espera más feliz y saludable.

Reconocer a su “compañero de equipo”

La vida con un bebé prematuro suele ser muy estresante. Meses y meses de un lado a otro del hospital, controlando al bebé con la mayor de las ansiedades, puede hacer que las parejas más felices discutan y se enojen todo el tiempo. Esto no quiere decir que su matrimonio esté cambiando … solo significa que es necesario reconocer a su pareja.

Recuerde que en este momento nadie en el mundo entiende exactamente cómo se siente, en todos los sentidos, como su pareja. Si bien puede ser fácil atacarse uno al otro, cuando el estrés es muy alto, disponga treinta minutos cada día, para hacer algo que implique un acercamiento entre ambos teniendo como regla utilizar este tiempo para hablar de temas que no tengan que ver con el mundo de su bebé prematuro. Esto puede reducir el estrés y fortalecer las conexiones.

“Hable” de lo que sucede, con su bebé

La parte más difícil de ser padre o madre prematuro es, por mucho, estar lejos de su bebé. La primera vez que quedó embarazada soñaba con traer al bebé de inmediato, amarlo/a, mimarlo/a, abrazarlo/a y atender cada una de todas sus necesidades. Entonces nace un bebé prematuro. No solo fue un shock en sí mismo, sino también una reorganización total de su vida.

Cuando usted no puede estar con su hijo, puede ser útil y bueno hablarle … donde quiera que esté. Además, le traerá paz a su corazón. Recuerde que su bebé está en un lugar seguro y en las mejores manos. Si bien uno imagina de inmediato lo triste y hasta miserable de la situación, viéndolo tan pequeño, con todos los tubos y cables, la realidad es que la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), es un lugar maravilloso, lleno de enfermeras que realmente se preocupan, se ocupan y se esfuerzan por hacer que la experiencia de su bebé sea lo más cómoda y acogedora. Las incubadoras son cálidas y seguras. Los bebés están absolutamente satisfechos en sus necesidades básicas. Las condiciones se parecen mucho a lo que experimentan en el útero, lo que hace que él o ella esté como pez en el agua.

Explore opciones

De cualquier manera, cuando el bebé está en el hospital, tan lejos de usted, puede ser difícil manejarlo equilibradamente entre el corazón y la mente. Hable con la “defensoría del paciente” en su hospital, acerca de cómo puede estar más cerca de su bebé y las opciones con que usted puede contar en cuanto a la financiación. Muchos hospitales y organizaciones ofrecen descuentos y estancias gratuitas en hoteles, incluso locaciones o “casas matrices”, en los que usted puede quedarse a poca distancia o, mínimamente a una distancia menor que la anterior.

La vida como madre o padre prematuro definitivamente no es fácil. Aproveche este tiempo para apoyarse en otras personas cercanas, refuerce la búsqueda de su fuerza interior frente a la adversidad, prepare mejor su casa para cuando el bebé finalmente haga su aparición. Con todo el amor y los besos y abrazos que ha guardado, espere que sea justo ese momento, para demostrar claramente que su hijo o hija es, realmente, un bebé afortunado.

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