Posparto: salud emocional

Su salud emocional durante el período post-parto es algo a lo cual se debe prestar mucha atención. Mientras las llamadas “baby blues” son leves depresiones que afectan a casi el 70 % de mujeres que dan a luz y resultan ser completamente normales como parte del proceso, la depresión posparto puede ocurrir en cualquier momento dentro de los dos meses de dar a luz. Esta situación es mucho más complicada y por lo general, requiere de intervención médica.

Los síntomas a los que se debe estar atentos son: preocupación y ansiedad, ira, hipersensibilidad, irritabilidad, estallidos, dificultad para concentrarse, cansancio, dolores de cabeza, de estómago, fatiga, dolores de espalda, dolores musculares, falta de apetito, sentimientos de culpa, sentimientos negativos, sentimientos de desamparo o desesperanza, tristeza general, pérdida de interés en cosas que antes disfrutaba, y dificultad para dormir o para volver a dormirse. Es preocupante la mujer que siente que no puede cuidar de su bebé recién nacido. Al punto, ya extremo, de querer causarle daño.

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Si bien no existe una razón única por la que los expertos pudieran detectar prontamente la aparición de depresiones post-parto, se ha considerado algún tipo de conexión con factores hormonales, genéticos, psicológicos, ambientales y bioquímicos. Las que sufrieron de ansiedad o depresión durante el embarazo, obviamente tienen una mayor probabilidad de desarrollar la condición. Las mujeres que tienen un historial previo de ansiedad o depresión, aunque no la padecieran durante el embarazo, problemas en su matrimonio o una vida estresante, son más propensas a la depresión postparto.

Hay ciertos pasos que se pueden seguir para contribuir con mantener su salud emocional. Lo primero que debe hacer es tomarse el tiempo para disfrutar. Esto implica a su vez, que usted coma una dieta adecuada, duerma el tiempo adecuado y suficiente y, sobre todo, que intente no sentirse culpable por “tomar-me” algún tiempo con tranquilidad. El hecho de que usted necesite un poco de tiempo para usted, no la convierte en una mala madre. Cuando comience a sentirse mejor, usted encontrará que tiene más energía para su hijo.

Evite un nivel de auto exigencia que la obligue a esperar demasiado de usted misma, antes de tiempo. Si sufre una depresión, simplemente y como complemento, debe “celebrar” las pequeñas tareas que pueda hacer. Es más importante centrarse en conseguir la atención adecuada para usted, porque de ese modo, cuanto más pronto se recupere, más tiempo “del bueno” disfrutará del cuidado de su bebé.

También es posible que desee pedir ayuda a los demás. Parte de ser una mamá responsable, es saber cuándo necesita ayuda y proveérsela. Hable con amigos y miembros de la familia y hágales saber lo que está pasando. De esa forma podrá pedir ayuda con las tareas del día a día, para no llegar a sentirse abrumada.

A pesar de que disponer del descanso con frecuencia tiene un costo cuando se tiene un bebé, es muy importante, hasta clínicamente, que usted consiga descansar. Tome ventaja de los tiempos libres cuando el bebé duerme. Usted no tiene que dormir durante horas hasta saltar de la cama porque es tarde, pero la captura de una siesta rápida o simplemente vegetar frente al televisor durante unos minutos, puede ayudarla a desconectarse y descansar.

Por último, ralentizar su ritmo de trabajo y de vida. Tener un bebé es una excusa perfecta para hacer las cosas un poco más fáciles. Trate de no utilizar las siestas del bebé para hacer las tareas. Estas pueden esperar. Puede pedir comida para la cena o reunir restos y calentarlos para comer, de modo de no correr para preparar platos de comida. Apague el teléfono y, sobre todo, olvídese de aquello que en su trabajo puedan estar esperando de usted. Recuerde que goza de su licencia por maternidad. Todo en lo que usted necesita focalizar su atención en este momento, es su salud personal, el bienestar de su bebé y el acompañamiento de su pareja y su entorno familiar.

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