Cambio de amistades después de la maternidad

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El hecho de tener hijos ¿influye en las amistades formadas antes y después de convertirse en madre?

Usted probablemente ha notado desde ahora que los niños son criaturas verdaderamente milagrosas cuando se trata de socializar. Puede pasarse años mezclándose con colegas y algunos amigos cercanos, pero una vez que comience a procrear, la escena social se abre mucho más ampliamente de lo esperable.

De pronto, usted tiene cosas muy arraigadas en común, con esa desconocida que acaba de pasar, empujando un carrito, cuando se inclinó para darle besos a su bebé. Está dando un paseo por el parque y es muy fácil entablar conversación con otras madres mientras alimentan a los patos con sus niños pequeños. Están de pie, junto al columpio, y se maravillan de las hazañas inesperadas de sus “valientes niños”. Partimos desde el juego y la guardería. Después, la escuela. Su mundo se despliega en una red potencial de amistades, antes inimaginable. Le guste o no, se ha unido oficialmente a “un club”.

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A contrario de lo que pensaba, moverse al otro lado del planeta es más fácil cuando tiene niños pequeños. Conoce gente en los grupos de juego, en las puertas de la escuela o en el centro comercial local. Tal es la red de la maternidad. Todo el mundo reconoce y celebra la necesidad de tener a alguien que a) entienda exactamente lo que usted está pasando, b) comparta la carga cuando se trata de encuentros para jugar y fiestas de cumpleaños y c) casos de emergencia.

Tener un hijo/a que emite un pasaporte hacia mañanas de incalculable cantidad de café, citas para jugar, almuerzos de chicas y salidas de compras es una de las muchas alegrías de la maternidad. Es el feliz descubrimiento de que usted no tiene que hacer todo por su cuenta y sola. Las salidas al parque pueden convertirse en experiencias compartidas con las mamás con ideas afines. Los miedos y traumas pueden ser conversados con una taza de té mediante. La aventura de llevarlos a la escuela se puede hacer junto a los amigos.

También vale la pena mencionar lo atractivo que puede ser reinventarse a sí misma en un nuevo círculo social, abrazando una nueva personalidad materna y sacudiendo un poco los polvorientos fantasmas de su pasado.

Hemos establecido entonces, que es fácil hacer amigos en estas circunstancias y más aún si le agrega una Mini cafetera al remolque. Es necesario considerar que estas amistades pueden cambiar, y lo harán, a medida que sus hijos crezcan. Quizá lo más importante sea preguntarse cómo van sus amistades pre existentes, ahora que se altera tan rápidamente el entorno que la rodea. ¿Lo tuvo en cuenta?

Cada uno, por sobre todas las cosas, debe mantenerse fiel a sí mismo. El hecho de que las madres que conoce, se vistan de una determinada manera o utilicen una marca X de comida orgánica para bebés, no significa que usted debería hacer lo mismo. En lugar de eso, haga un esfuerzo por descubrir las personalidades con las que comparte algo más que sus hijos en común. Se van uniendo con quienes tienen intereses y valores comunes y un similar sentido del humor. Pero, recuerde. Usted existía y tenía una vida antes de que sus pequeños ocuparan todo su universo.

Aceptemos que es posible que ahora tengan alrededor de cincuenta nuevos conocidos. Pero, lo más probable es que sus cercanos, los “reales amigos de mamá”, que pueden ser tres o cuatro, compartieron mucho de su historia personal. Haga el esfuerzo para verlos y desarrollar esas relaciones en vez de abarcar demasiadas personas alrededor de la zona de juego de sus niños.

A medida que sus hijos crecen, usted y sus amistades, naturalmente, comienzan a separarse. Las mamás regresan a trabajar tiempo completo, las familias se alejan. Los padres empiezan a notar la brecha chico-chica alrededor de la edad de los seis años. Puede suceder que se encuentre con un círculo social diferente, porque su hijo elige nuevos compañeros de juego. El eje en común en estas amistades lo alimentan sus hijos. Muy pronto, las opciones escolares ocuparán un lugar preponderante en las charlas del parque infantil. No importa cuán discreta sea usted, siempre será juzgada sobre las decisiones que tome con su hijo/a. Y luego están aquellas madres que no pueden separar las disputas entre sus respectivas descendencias y sus contrapartes adultas. Es frustrante, pero lo mejor que puede hacer es aceptar la situación y seguir adelante.

Es muy importante como dijimos antes, mantenerse al día con las relaciones que se formaron antes de que los niños entraran en escena. Atesore estas amistades de época, ya que permiten dar un paso hacia afuera de sus deberes domésticos por un lapso de tiempo. Encontrarse es recordar a la persona que una vez fueron (y siguen siendo), por debajo de las capas de pañales sucios, lavandería y tareas a horario.

En ningún caso espere que los amigos sin hijos (por cualquier motivo que esto sea), se siente a escuchar los interminables cuentos sobre sus hijos, a menos que él/ella lo solicite específicamente. Lo magnífico de estos espacios y momentos en común, es que estos amigos/as siempre se conectaron con su personalidad y no con sus responsabilidades. Se disfrutaron entre sí desde otro lugar. Es maravilloso volver al mundo de su cría, completamente renovada y energizada, por pasar un día con un/una viejo/a y querido/a amigo/a.

Por encima de todo, elija a sus amigos/as con prudencia y ponga en ellos un poco de esfuerzo y dedicación, pues los mejores seguirán ahí muchos años, después de que sus hijos hayan volado del nido.

Para mayor información, puede consultar el Manual de la Familia del Yummy Mummy, de la experta en maternidad y paternidad, Liz Fraser, quien expone sobre cómo las amistades se desarrollan en el transcurso de la maternidad.

Susanna Garcia

Susanna Garcia

Madre de tres hijos: dos niños y una niña, Susanna conoce los altibajos y los desafíos de ser madre. N.B.: Escribo como madre. De ninguna manera este contenido es un consejo médico ni reemplaza el consejo de un experto de ninguna persona en la profesión médica o afines.