Problemas de conducta en los bebés
Los problemas de comportamiento pueden surgir a cualquier edad, por una variedad de razones. Durante los primeros meses, las preocupaciones más comunes giran alrededor de su llanto y el despertar durante las noches. Después de este tiempo, a través del primer año de vida, surgen otras preocupaciones tales como el apego, los cólicos, los enojos y luchas antes de dormir, el miedo y los movimientos de balanceo.
Independientemente de cuándo comienzan los problemas, es importante saber que usted puede ayudar a su hijo de una manera constructiva. Puede modificar el comportamiento que le preocupa y seguir adelante en una vida feliz con su pequeño regalito.
El comportamiento más preocupante y a la vez común hasta que tiene unos doce meses, se manifiesta llorando y quejándose. Incluso los bebés felices y saludables tienen, a menudo, ataques de llanto diario que parecen no tener ninguna causa. Un bebé de dos semanas de edad por lo general llora por un total de una a dos horas diarias. A las seis semanas, alcanza un máximo de cerca de tres horas diarias de llanto. Con el tiempo, el llanto comienza a disminuir, reduciéndose a alrededor de una hora al día, a los tres meses.
Cuando se quejan, es un tipo de llanto que, frecuentemente, comienza de manera abrupta y casi siempre muy intensa. Éste se declara en general, durante la noche y puede ser difícil de calmar.
Se recomienda que los padres respondan siempre al llanto de su bebé. Ustedes nunca deben preocuparse por que estén malcriando a su bebé al hacerse presentes o responderle. Los bebés necesitan saber que pueden confiar en ustedes, que están allí para consolarlos. Ya sea porque algo esté mal o porque el bebé es quisquilloso. Los bebés que reciben más atención tienden a llorar menos en general.
A medida que su bebé continúa creciendo, se debe trabajar con él/ella para enseñarles a calmarse. Si usted encuentra que la rutina tranquilizadora que antes solía aplicar para calmar a su bebé ya no funciona, trate de poner a su bebé en un lugar seguro, como la cuna, antes de tratar de calmarlo/a. A veces, si permitimos que el bebé llore durante un corto período de tiempo, lo ayudamos a liberarse de una energía extra que, de almacenarla, puede desestabilizarlo. Quizás, llorando un momento, la deje salir hasta que, a menudo, siente que reduce la ansiedad y la tensión.
Si su bebé está más movilizado por la noche, y es usted la que se ocupa de él o ella durante este tiempo, trate de descansar lo más que pueda durante el día. Duerma cuando el bebé duerme, y esté preparada para la posibilidad de que la noche pueda ser difícil. Es muy frustrante ya, que un bebé llore mucho y más aún si parece que nada lo puede calmar. Éste es el mejor momento para que usted se mantenga serena. Si se molesta solo agravará la situación.
Para ayudar en esta preocupación tan común como es el comportamiento, intente tocar y acariciar más a su bebé, tanto en sus tiempos de exigencia como de tranquilidad. Siempre recuerde responder rápidamente ante el llanto y promover métodos auto calmantes, como colocarlo en su cuna u ofrecerle el chupete. Tenga presente los posibles problemas que pueden desencadenar ese comportamiento tal como un pañal sucio o la sensación de hambre.
Insistimos, el llanto es el único camino de que dispone su bebé para comunicarse. Por lo que se debe estar alerta, atenta y estar dispuesta a, simplemente, cargar a su bebé en brazos y contener con paciencia su comportamiento.