Cólicos en el bebé

Si su bebé está regularmente angustiado/a y llorando, puede que se pregunte si él o ella tiene un cólico. Nuestros consejos para ayudar a calmar a su bebé.

¿Qué es el cólico?
El cólico puede afectar hasta uno de cada cinco bebés y generalmente se desconocen las causas. Usted puede haber notado síntomas poco después del nacimiento de su bebé, pero esté segura de que va a mejorar. La mayoría de los episodios de cólico han desaparecido cuando el bebé es de tres a cuatro meses de edad. El síntoma más común del cólico es el excesivo e inconsolable llanto en el bebé, que por lo demás parece estar sano y bien alimentado. El llanto asociado con los cólicos suele ser muy intenso.

El rostro de su bebé se pone muy rojo, su llanto será severo y furioso. Puede ser difícil que usted lo pueda consolar. También se puede notar un cambio distintivo en la postura de su bebé. Con la intensidad de los cólicos aprieta sus puños, dobla las rodillas hacia arriba o arquea su espalda.

Ayuda para los gases del bebé
Los preparados para lactantes y la leche materna contienen un tipo de azúcar llamado lactosa. Alguno de los cólicos se debe a la incapacidad temporal del bebé para descomponer la lactosa. Todavía puede tener un sistema digestivo inmaduro. La lactosa no digerida, se descompone en su lugar, por la actividad bacteriana en el intestino y puede causar malestar, hinchazón y flatulencias constantes. Existen para esto gotas pediátricas de origen natural, en cualquier farmacia, aunque nunca está de más la consulta al pediatra para ver cuál es la adecuada. Cuando se añaden a la fórmula o leche materna para lactantes, antes de la alimentación, pueden descomponer la lactosa en la leche por lo que resulta más fácil de digerir.

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Ansiedad por la separación
Mientras el mundo es un lugar grande con muchísimas novedades y personas diferentes, la ansiedad más común a esta edad es la ansiedad por la separación. A pesar de que ya se van dando cuenta de cómo es que funciona esto de la mamá y el papá, algunos niños todavía tienen que comprender que, si mamá y papá van a la otra habitación, volverán.

Esto puede ser frustrante, sentimiento totalmente normal. Además, muy halagador el hecho de que su niño no quiera estar lejos de usted ni por un minuto. Trate de explicar a su niño con una voz tranquila, que usted va a volver pronto. Hablar de las cosas divertidas que van a hacer cuando estén juntos nuevamente, también puede ayudar. La ansiedad por la separación, generalmente desaparece a medida que pasan los meses.

Miedo a la oscuridad
El segundo temor más común en los niños pequeños es el miedo a la oscuridad. Esto es algo que no es difícil de relacionar con los adultos, debido a que, a algunos adultos, todavía no les gusta mucho la oscuridad.

Desde la perspectiva de un niño, la oscuridad significa que ellos no pueden ver a mamá o papá. Tampoco pueden saber qué es lo que está delante de ellos. ¿Podría ser un monstruo debajo de la cama? El miedo a la oscuridad puede ser evitado con las luces de noche. Algunas luces proyectan estrellas en el techo, lo cual no sólo hace que la oscuridad sea más ligera sino que la hace más divertida también.

Miedo a lo desconocido
Esta ansiedad muy común, no es sólo de los niños pequeños. Es universal y a todas las edades. Los niños pequeños tienen una necesaria dependencia de su familia. Ellos crecen con personas reconocibles, espacios ya vistos y objetos ya usados. Las cosas nuevas pueden dar miedo, aunque parezcan inofensivas para nosotros.

Mientras que el miedo a lo desconocido es algo con lo cual la mayoría de las personas debe lidiar durante toda su vida, la seguridad puede llegarle a su hijo/a por la familiaridad y mediante la explicación sobre cada nueva situación. “Se trata de una mariposa.” Añadir un hecho divertido como “¡Esta mariposa puede comer los pies!”. Lo más importante sobre el miedo a lo desconocido, es saber que, en todos los casos, su hijo/a realmente necesita que ese sentido de la seguridad, se centre en usted. Si la mamá está cerca y no va corriendo a abrazarlo cuando sus aventuras y exploraciones, a su vez, le dan miedo, él/ella se recuperará rápidamente y probablemente estará listo/a para continuar con más a los pocos minutos.

Como en muchas otras cuestiones, los niños no son iguales en cuanto a la ansiedad que tienen y manejan. De todas maneras, si bien es común en los niños pequeños, cuando la ansiedad de su hijo/a lo está paralizando, es importante hablar con su médico.

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