Cómo tratar las quemaduras
Aun así y aunque tenga una buena casa a prueba de hijos, los accidentes igualmente pueden ocurrir. Usted colocó un tazón de avena caliente delante de su hijo, se dio vuelta para buscar la leche y se da lugar a un desastre de dimensiones enormes. El niño grita desesperadamente porque vertió la papilla en la parte delantera de su camiseta, en su intento de beber. Dependiendo de lo caliente que la comida estuviera, podría resultar en una quemadura de tercer grado.
Explicarle a su hijo y tratar de mostrarle las cosas nuevas, cómo funciona el agua en el baño, la comida en la cocina y ese tipo de cosas, puede ayudarla en la prevención de los accidentes. Pero como todos los niños, la curiosidad triunfa generalmente y van detrás del objeto prohibido, de todos modos. Colgarse de la mesada y derramarse encima el café caliente, quemaduras por electricidad o sustancias químicas. Todo puede pasar en un abrir y cerrar de ojos. Averigüen y conozcan la diferencia entre los niveles de gravedad de las quemaduras de modo que, llegado el caso, los padres sepan cómo tratarlos y cuándo llamar al médico si su hijo se quemó. Lo primero que debemos hacer es separar urgentemente al niño de la fuente de la quemadura. Si están en el fuego, tendrá que tomar una manta o una toalla para envolverse, ni siquiera su propio cuerpo, y rodar en el suelo para apagar las llamas.
Si se trata de una quemadura química, tratar de eliminar la sustancia tóxica con agua fría durante unos minutos. Retirar de inmediato la ropa para que el producto químico no le queme cualquier otra parte del cuerpo. Continúe enjuagando durante el mayor tiempo posible, antes de llevarlos a una Sala de Emergencias, de inmediato. Si se trata de una quemadura eléctrica, consiga alejar a su hijo de la fuente de alimentación, con un objeto no metálico, una escoba o lo que tuviera cerca. No toque a su hijo usted misma porque se coloca en riesgo de quedar pegada y no ayudar a su niño.
Para todos los casos, no aplique nada en la parte superior de la quemadura, como hielo o mantequilla. Nada. No haga estallar las ampollas y no toque la herida. Solamente preocúpese por llegar al médico, tan pronto como pueda.
En estas situaciones es cuando debemos actuar muy rápido y con fortaleza e inteligencia, para que nuestros niños sufran el menor daño.