
Las lesiones o accidentes en el hogar
Su casa a prueba de chiquitos debería haberse hecho antes de que su hijo empezara a gatear, apenas empezaron a asomarse por los muebles. Mediante la eliminación de pequeños objetos delicados, adornos, mesas de vidrio, artículos de limpieza de la casa y otros elementos potencialmente peligrosos de su casa, su hijo podrá moverse libremente y explorar su entorno.
Ante cortes, raspaduras y rasguños de menor importancia se provocan gritos desgarradores y aullidos de proporciones épicas, pero para ser justos, se suman, al impacto de la caída o de un golpe, la visión de tres gotas de sangre, más la expresión de la cara de los padres. Todo ayuda a los lamentos, y si se aplica un fármaco que pica…peor. Los cortes y rasguños, si son profundos necesitarán la mano de un médico para eliminar los desechos si los hay y hacer un par de puntos de sutura. No dejan de ser dolores que forman parte del crecimiento.
Si su niño o niña se lanza del sofá o de su bicicleta y pega primero con la cabeza en el piso, esto podría ser de mayor cuidado. Las lesiones en la cabeza sangran profusamente y con frecuencia se ven peores de lo que son. En realidad, el enemigo más grande es la conmoción cerebral en esta situación. Si su hijo comienza a presentar síntomas de mareo, confusión, náuseas, dolor de cabeza o pérdida del conocimiento, o si hay una secreción de líquido por la nariz, los oídos o la boca, vaya a un médico de inmediato. Una conmoción cerebral aparece como algo muy atemorizante, pero por lo general, los efectos son temporales y su hijo se recuperará completamente para rugir nuevamente en su bicicleta, tan pronto como sea.
Las mordeduras y picaduras de insectos son otra dolencia común, porque se los van a encontrar en su entorno que, a la vez, es totalmente inspirador para vivir una aventura a punto de ocurrir. Los niños están en el jardín, bajo los arbustos, rodando en la arena, y por supuesto en el cielo…los insectos. Una picadura de insecto de algo así como una hormiga, mosquito o algunas arañas, le provocarán una pequeña roncha que desaparece sola con el tiempo. Aunque son incómodas no son potencialmente mortales.
Si su hijo comienza a experimentar síntomas tales como dificultad para respirar, hinchazón de los labios o de la cara, vómitos, latido más frecuentes del corazón o confusión, pueden haber tenido una reacción alérgica a los insectos, sobre todo si se trataba de una abeja o una avispa. La reacción de su hijo a cualquier picadura de insecto o mordedura, le dirá de inmediato cómo tiene que tratarlo y si son alérgicos usted lo sabrá en cuestión de minutos, para llevarlo a revisar por un profesional.