¿Cómo conseguir que los más caprichosos coman verduras y frutas?

La niñera de la publicación “The food” expuso las diez reglas de los alimentos que evitarían el alarmante impacto de la grasa en la salud de sus hijos. Aquí ella ofrece consejos sobre cómo conseguir que los más caprichosos, coman verduras.

Si usted es madre/padre primerizo y se pregunta cuál debería ser la línea de fondo de su meta nutricional para su hermoso/a primer niño/a, tenga en cuenta que, por edad escolar, consuman, al menos, la recomendada “cinco-plus” de frutas y verduras todos los días.

Sigue diciendo que, esto es lo que se considera el estándar mínimo que nosotros como padres necesitamos establecer, para ayudar a nuestros hijos a alcanzar la salud a largo plazo. Tomo mi ejemplo del hecho de que esas poblaciones en el mundo que viven en la actualidad longevamente, son los que consumen más frutas y verduras y no alimentos procesados. Recuerde, la nutrición de sus hijos está en sus manos.

Suponemos que nuestros hijos son comedores quisquillosos, cuando, si lo pensamos, la primera pregunta sería quién les permitió llegar a serlo. Si no comen brócoli, brotes o judías verdes o no consumen azúcar, a menudo es porque nunca los recibieron. Los niños están diseñados para decir “no” a una docena de propuestas antes de decir “sí” a los nuevos alimentos. Nuestro trabajo es conseguir que interactúen, con frecuencia y en pequeñas dosis, con una variedad de alimentos diferentes.

Por supuesto que su niño va a lanzar con disgusto una col de Bruselas, a toda velocidad, desde su silla alta cuando la ve. Pero, ofrecer el brote de vez en cuando, junto con otros bocados de comida para picar, hará que finalmente llegue a tolerarlo. No necesariamente comerlo, todavía. Con el tiempo, usted lo va a intentar nuevamente y algún día verá con sorpresa que lo comió.

Continúa explicando que puede admitir que pocos años pasarán antes de que él le pida un segundo bocado de esa verdura. ¿Importa eso? No. No, si él también está ampliando sus horizontes conociendo otros vegetales.

Mantenga colores diferentes en la mente y en el plato. Logre que su hijo/a pruebe todos los colores de frutas y verduras. Poco a poco con el trascurso del tiempo, está poniendo su granito de arena para orientarlo hacia un enfoque equilibrado de la nutrición, de por vida. No existe tal cosa, como una “mala” comida, ni una “buena comida” que todo lo abarca. La variedad es su meta. Sea paciente. Roma no se construyó en un día.

Los niños aprenden con el ejemplo. Si usted se sienta con su hijo/a, por pequeño/a que sea en esta etapa, crecerá viendo cómo usted come sus verduras, y resultará de esto que nunca podrá poner en duda este hecho. Sin embargo, si usted alimenta a su niño/a con comidas liquidised, blandas y sosas por mucho tiempo, en un momento diferente al de sus comidas, él/ella crecerá esperando la comida, indiferente, en un formato blando.

¿Alguna vez ha notado cómo a su niño o al bebé le encantaría probar algunos de los alimentos que están en su plato? Piense en ello. ¡Predicar con el ejemplo! Coma sus verduras antes de esperar que su hijo coma las de él. Alimente a su niño/a con muchos variados alimentos, del tamaño de un bocado, de modo de hacerlo más divertido a la hora de comer. No hay que esperar que coma todo lo que le presente. Solamente piense que acaba de obtener que las incorpore con el tiempo. Esta es una situación de ¡”ganar o ganar”!

Con la mejor de las intenciones, a menudo nos entregamos a nuestros hijos hasta el punto de sobre alimentarlos, arruinando además sus posibilidades de desarrollar un paladar, más allá de uno que valore sólo el azúcar y la sal. Estamos estropeando, a veces, las posibilidades de apreciar los simples gustos de alimentos de buena calidad por ser víctimas de imposiciones aparentemente tan inocentes, como las tortas de arroz cubiertas de yogur o galletas, cuando ellos, de hecho, se benefician más con una manzana o algunas fresas en la merienda.