Buenos comienzos literarios forjan autores maravillosos
¿Quiere asegurarse de que su hijo disfrute de un amor de por vida por los libros? Emily Manning dice que todo se reduce a la participación en la alegría de la lectura conjunta.
Todo momento es maravilloso para comenzar este camino
Nunca es demasiado pronto para empezar a leer con su hijo. Libros de cartón, de tela, libros de imágenes con las palabras, son gratificantes puntos de partida para los niños. Hacer un horario regular para sentarse y leer, como antes de una siesta o a la hora de acostarse, es una manera de calmar a su hijo para dormir. Luego, a medida que su hijo crece, se mueven poco a poco en las historias simples.
Sí. El resultado final será la lectura del mismo cuento, historia o historieta (no importa el soporte lector mientras le guste), de su lectura favorita una y otra vez hasta el punto que casi la puede recitar con los ojos cerrados. Los bebés y niños pequeños usan la repetición para ayudarles a aprender por lo que esta es una gran oportunidad para ellos.
La lectura debe ser recreativa de manera que ambos puedan disfrutarla. También es un primer camino que lo/la va habilitando para la comprensión y el incremento de su vocabulario. Del mismo modo desarrolla su imaginación y facilita su oralidad. Haga que sus personajes cobren vida, tengan voz, aun cuando las acciones y expresiones que usted utilice con la mayor expresividad, la haga sentir tonta. Su hijo/hija la considerarán ¡la mejor narradora de cuentos! Y acaso, ¿no es esto lo que todos los adultos buscamos?
Llevar a su hijo a la biblioteca desde una edad temprana es otra hermosa estrategia para fomentar el amor por los libros. Exponen a los niños a una variedad más amplia de la que puede tener en casa. Consulte con su biblioteca local para informarse de los eventos que se organicen, ya que muchos se llevarán seguramente a cabo, con un grupo de padres y niños. Por último, tenga en cuenta que los pequeños deben tener los libros a su altura física. Los estantes tienen que permitir que ellos saquen, busquen y guarden sus soportes lectores.
Progresando con los niños
Busque formas interesantes de integrar carta-aprendizaje en el uso y la rutina diaria, a medida que su hijo crece. Hágalo con carteles en imanes sobre el refrigerador, etiquetas engomadas en la pared de su dormitorio, carteles ilustrados con los que él se tope constantemente en la casa, letras de esponja en la bañera, las que se adhieren a las baldosas o a la bañera cuando están mojadas. Estas son formas rápidas y sencillas de divertirse deletreando el nombre de su niño, el alfabeto o palabras cortas a medida que se ponen grande.
Una vez que el niño pequeño comienza a tomar más interés en las historias, elija las palabras a medida que lee y sepa delegar, por ejemplo, pasar las páginas, a su pequeño asistente. Por encima de todo, es de vital importancia en este proceso que el niño entienda lo que se lee. “¿Qué crees que va a suceder a continuación”, “¿cuál fue tu parte favorita”, “¿por qué quieres tanto a este personaje? Son preguntas que dan inicio a conversaciones con su hijo/a, con motivación en lo leído. Por otro lado, le permiten comprobar si sigue la historia correctamente.
No pasará mucho tiempo antes de que su hijo comience la escuela y la lectura se convierta en un concepto más serio. Nunca permita que esto haga desaparecer la recreación, la diversión y concentración que una lectura que le gusta le significa. Recuerde que lo importante es apropiarse del goce estético de la lectura, pues es un bien muy preciado para toda su vida.
Realice la práctica de la lectura en pequeñas dosis. De este modo, ellos siempre querrán saber cómo sigue. No exceda los tiempos. Hable acerca de los dibujos de la historia tanto como de las palabras. En definitiva, ¿cuál fue el primer paso por el que su hijo/a comenzó a ganar interés en los libros?
Es fácil, a esta altura, que su pequeño comience a relacionar la lectura con la escuela y las tareas. Por tanto, podrá continuar “gozando” de leer con ellos y enseñarles testimonialmente que no hay límite para las historias interesantes y emocionantes. Que todas están esperando ser leídas. De a poco, habrá otros juegos sobre lo que leen, como ponerse a inventar otros finales para la historia que pueden ser disparatados. También inventarse en casa el día de la “Feria de la Lectura” en la que todos en la familia participan, de un modo u otro y se caracterizan para representar un personaje de la última lectura que hicieron.
