La lactancia materna es un tiempo maravilloso y positivo en la vida de una madre y su hijo. Es un momento en que se forman fuertes vínculos originando básicamente los futuros recuerdos de bienestar. Algunas madres amamantan al bebé durante seis semanas para poner en marcha su sistema inmunológico. Otros se alimentarán bien entrada la etapa de jugueteo en los años preescolares. Pero como todo, las cosas buenas llegan a su fin. ¿Quiere hacer la transición lo más simple y posible para Usted y su hijo? Antes de comenzar, pruebe estos cuatro sencillos consejos que pueden hacer que el destete resulte más fácil para ambos.

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Ofrecer alternativas

Cuando su hijo expresa la necesidad de mamar, puede ofrecerle una taza animada de entrenamiento y un refrigerio en su lugar. Si está dispuesto a no depender del pecho de mamá, estará encantado de aceptar la alternativa. Pero, porque la acepte esta vez, no significa que esté dispuesto a renunciar a la mama por completo. Su negativa a otras alternativas tampoco significa que no puedan estar listos muy pronto. Recuerde, el destete solo es eficaz cuando tanto Usted como su bebé está preparados por completo para ello.

Escuchar al niño

Negarse a dar de mamar a su hijo en realidad, puede representar un paso hacia atrás. Si su hijo se siente privado de su comodidad, es probable que se manifieste nervioso y ansioso. Si todas las señales le indican que su hijo realmente necesita el consuelo que encuentra en el pecho de su mamá, aunque pueda sentirse como un paso en la dirección equivocada, la prioridad es escuchar las necesidades de su bebé. Le hará sentirse más seguro y tal vez pronto y más fácilmente podrá disponer dejar de amamantar para siempre.

Dar un impulso

La feliz alabanza y las palabras de aliento en un clima casi festivo, deben estar presentes en el largo camino del proceso de destete. Una vez que su hijo se asocia con el consumo de elogiar su taza y reemplaza el amamantamiento, puede sentirse más impulsado a hacer cosas de “niño grande”. Esto no significa que usted regañe a su hijo si quisiera tomar de su pecho. Si así lo hiciera, solo obtendrá el efecto contrario al deseado. Es importante que el niño elija su tacita con gusto.

Ofrecer recompensas

Recompensar a su hijo es una buena manera de reforzar el trabajo bien hecho. ¿Cuál es la manera de lograr que un niño se sienta “grande”? Los niños de dos a cuatro años pueden entender mejor el concepto de conseguir un “premio” por un logro alcanzado. Los niños más pequeños sólo podrán comprender el significado de la obtención de un premio después de un logro, con una gratificación inmediata a su actitud.

Usted puede, entre otras cosas, elaborar una tabla de seguimiento en sus progresos diarios. Por ejemplo, colorear caras sonrientes cuando logró conciliar el sueño sin lactancia nocturna, ya que es el hábito más difícil de romper.

El destete no siempre es fácil. Si es lento no se preocupe. Si usted nota que su hijo está actuando muy emotivamente y con más sensibilidad que de costumbre, probablemente signifique que aún no están preparados y conviene retroceder un poco. Algunas madres amamantan hasta el cuarto año, así que no es raro que un niño testarudo que simplemente ama su leche y la comodidad que le proporciona, se tome más tiempo para finalizar este proceso.

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